viernes, 1 de julio de 2011

Ciclo de cine "Familiaridades / Disipación de la autonomía" EN ROSARIO




Hora
Martes, 05 de julio a las 21:00 - 26 de julio a las 21:00
Lugar
Sala Arteón (Sarmiento 778-Planta Alta, Rosario)
Creado por
Gustavo Galuppo
Más información
Cineclub Incaa, organizado por 'El 7mo. Continente'+ información en:http://el7continente.wordpress.com/ciclos/julio2011/...Relación de confines inquietantes, de difícil definición, de circuitos inciertos o elusivos, el nexo conocido como familiar resulta siempre esquivo como dispositivo único; en todo caso, fue tomando una forma flexible que se modifica o reelabora según las particularidades en que esa relación tenga lugar y en lo que de poder se juegue en ella; puede apoyarse en el amor –y ya de por sí habría que ver de qué clase– o en la domesticación; puede ser instintiva o deseada, puede sustentarse en el reconocimiento o en la codicia como marca que impide el acto libre, desobligado de cualquier deuda afectiva. Familiaridades hay tantas como padres terribles –en su máxima extensión de relación–, porque ¿acaso no hay algo del poder sobre el otro –de cualquier clase que sea, se insiste– que inevitablemente se manifiesta manchando una identificación que debiera mostrarse inmune a todo dominio posible? El cine dio sobradas pruebas alegóricamente, o de modo más irrefutable, de las formas que toma esa relación y que median entre el infierno y el paraíso, de sus trazos fugaces, de sus cualidades constitutivas, de su naturaleza secretamente obstinada. En ese sentido, las imágenes propuestas en Familiaridades concentran el riesgo de atravesar con intensidad esas relaciones complejas a modo de espejos refractarios sobre una madre, un padre, sobre una ambigua extensión de la experiencia familiar y parental, y, a contrapelo, sobre un recorrido que descubre tras el ocultamiento, una filiación, una identidad posible.


Programa


Fotografías (Andrés Di Tella / Argentina 2007, 105 min.)Más que un ensayo personal, Andrés Di Tella busca huellas sobre la existencia anterior a la suya propia y declina la disyuntiva de poner en oposición rasgos del pasado y del presente. Inicia un viaje donde ver, escuchar y adentrarse en una región inexplorada revelarán señales para entenderse mejor y entender el modo en que vivió su tiempo anterior. Mediante esta operación, esa dimensión parece devolver algo de la esencia del realizador, donde el acoplamiento de presente y pasado, más que una coalición entre tiempos disímiles resulta una posibilidad de pensarse en relación a una serie de hipótesis tejidas durante buena parte de su vida y encontrar en ellas otros sentidos, ahora desplegados como fragmentos que se debaten en busca de una conciliación interna (Martes 5, 21 hs.)


Los nueve puntos de mi padre (Pablo Romano, 2010, 70 min.)“¿La historia de un hombre es suficiente para que haya una película?”, con esas palabras Pablo Romano da inicio a la búsqueda de las huellas dejadas por un hombre tras su muerte. Pero ese hombre, cuyos rastros articulan el relato, no es un hombre cualquiera, es el padre del mismo realizador. ¿Cómo abordar entonces lo familiar, lo íntimo? ¿Cómo trascenderlo después para quebrar las determinaciones intransferibles de lo privado? Allí, desde su más profunda participación del acontecimiento abordado, Romano teje la imagen despojada de esas huellas a través de la entrevista directa con sus familiares, y así esa muerte se convierte en un vehículo expandido para la reflexión acerca de la memoria, de la pérdida y el duelo, de los conflictivos lazos familiares, y aún del mismo cine, de sus posibilidades o imposibilidades de dar cuentas de lo irrepresentable (Martes 12, 21 hs. Con la presencia del realizador)


La madre (Gustavo Fontan, 2009, 65 min.)El espacio entre dos personajes soporta en “La madre” el peso de toda la película. Hay, sin embargo, otros, la novia del hijo, punto de balance y desequilibrio a la vez, y la figura del padre, patentizada en una ausencia infranqueable. La madre y el hijo, entonces, entablan una especie de lucha silenciosa (por la transformación del lazo materno, la partida del hijo) configurada dramáticamente a través detalles mínimos: fragmentos de un espacio desarticulado, texturas, el paso de la luz (o su simple presencia), el discurrir del tiempo sobre lo ínfimo. Y un montaje sutil pero disruptivo, que agrieta la imagen y la dispersa, se encarga de construir un conjunto en el cual los elementos se ponen en relación mediante la distancia, creando poderosas relaciones poéticas y una poco frecuente sensibilidad estética (Martes 19, 21 hs.)


La invención de la carne (Santiago Loza, 2009, 82 min.)Hay en las imágenes y en la cadencia de este relato un extrañamiento que lo acerca a ciertos márgenes del ensueño. El paisaje vacío que domina. El detalle de las texturas. El sonido despojado. La cercanía de los cuerpos. El tiempo aletargado en el vacío. Y allí, en medio de esa atmósfera, un viaje poco claro emprendido por dos desconocidos, dos seres opacos cerrados brutalmente sobre sí mismos y sus soledades. Nada se explica demasiado, poco se sabe de ellos y sus motivaciones. El viaje parece una fuga absurda hacia ningún lado, una búsqueda distante y desesperada de lo que no se conoce pero se ansía, un intento algo desatinado de conformar unos lazos afectivos tan profundos como improbables. Y el padre, finalmente, figura en apariencia ajena a este universo desolado, emerge allí como una posible reconfiguración de una errancia incomprensible destinada al fracaso (Martes 26, 21 hs.)


FUENTE: GUSTAVO GALUPPO - ROSARIO - SANTA FE- ARGENTINA