C I N E T E
C A V I D A
p r e s e n t a
CICLOS DE
CINE - TEMPORADA 2013
Boulogne Sur Mer 549
cinetecavida.jimdo.com / Tel: 49 63 75
91 / cinetecavida@gmail.com
Bono
contribución : $ 15.-
Martes 9 de Abril a las
20:15 hs
NAVIGATOR
UNA ODISEA EN EL TIEMPO
Dirección:
VINCENT WARD
Guión: VW, Kely Lyons y Geoff Chapple / Fotografía:
Geoffrey Simpson / Cámara: Allen Guilford / Música: Davood A Tabrizi / Montaje
y efectos sonoros: Lee Smith y Peter Townend / Dir. de arte: Mike Becroft / Vestuario:
Glenys Jackson / Maquillaje: Marjory Hamlin / Productor: John Maynard /
Productoras: Arenafilm (Australia), Film investment Corp (Nueva Zelanda) /
Elenco: Bruce Lyons, Chris Haywood, Maíz McFarlane,
Marshall Napier, Noel Appleby, Paul Livingstone, Sarah Pierse, Mark Wheatley,
Tony Herbert, Jessica Cardiff-Smith, Roy Wesney, Kathleen Elizabeth Kelly, Jay
Saussey, Charles Walker, Desmond Kelly, Bill Le Marquqnd, Jay Lavea Laga’aia,
Norman Fairley, Alister Babbage y otros
Origen: Australia y Nueva Zelanda / Año: 1988 /
Duración: 91 minutos.
ESPIRITUALIDAD Y BELLEZA VISUAL EN RARA Y
HERMOSISIMA PELICULA:
Que con poco más de 30 años, y en su segundo largo,
el director neocelandés Vincent Ward haya sido capaz de amalgamar, y con
semejante intensidad poética, no solo la parasicología y lo sobre natural, el
mundo de las premoniciones y el de los sueños, el de la fe del pasado y el
descreimiento del presente, uniendo además estéticas en apariencia disímiles
–la composición de las imágenes, sus estilos, sus distintos coloraciones-,
cuestionando además la validez del fluir temporal en su sentido tradicional,
está cuando se lo ofrece como NAVIGATOR
lo hace, a un paso del milagro. Borges, Welles, Heráclito, Priesstley
entre otros, admirarían largamente esta suntuosa y magnífica película.
La aventura de un visionario/niño, el más adecuado y
el más llamado para serlo – que atraviesa los siglos movido por su fe, y que
cumplido el mandato recibido, regresa al suyo –mediados del siglo 16- para
ingresar entonces en el otro misterio mayor de la muerte, era un tema
dificilísimo para que, sin la menor fractura, y como una férrea y una delicada
flor a la vez, el cine mostrara esa odisea de manera enceguecedora por lo
deslumbrante Y también por lo perfecto.
Incuestionable Es, por otra parte, y más allá del
encanto mágico que fluye de ella, el valor simbólico de la película. De ese
siglo impregnado de fe en Dios, al nuestro doblegado por el materialismo, media
una distancia, que no es solo histórica. Y sí el pequeño grupo, un puñado de
herreros y de mineros que parte de Cumbria en 1346, viaja a través del tiempo
con una modesta virgen de arcilla en manos de uno de ellos, y una cruz a ser
fundida e implantada en la “catedral del
mundo”, para escapar así a los flagelos de la peste negra –otras son las que
contemporáneamente nos afligen- no resulta aventurado ver en la trama la
metáfora de que la salvación de la humanidad está en la trascendencia. Que
habrá de cobrarse, a su vez, la víctima propiciatoria, la inocencia, que cree
con aun más fuerzas por eso, porque está a salvo de cualquier contaminación.
Una historia hermosísima y maravillosamente contada.
Con un lenguaje visual que llega a casi lo
fantasmagórico, y con secuencias netamente imborrables –el viaje uno de los
personajes agarrado a la parte delantera de una locomotora a toda marcha, o el
caballo trotando por una calle nocturna y solitaria, dos ejemplos entre
muchos-, y según una estética rigurosa y
plural, constituye, en la obra de Vincent Ward, algo que el cine entrega muy
raramente. Fuera de lo común, todo ello. Desde la lenta melopea que a menudo
sirve de música de fondo, a la ondulante fotografía no hay un milímetro de
proyección que no sea admirable. Asi como lo es el manejo del elenco, desde el
más que expresivo chiquilín, al gordo y cándido Ulf, y haciendo escala en el
nómada Connor que aprenderá finalmente la lección. Todo es raro, misterioso,
sobrecogedor en Navigator; todo
invita, entonces, a emprender entusiastamente viaje con él.
*por CESAR MAGRINI / 2 de marzo de 1990/ diario
Ambito Financiero.
VINCENT WARD
Nació el 16 de febrero de1956 en, Greytown, Nueva
Zelanda, de una familia de granjeros. Estudió en Ham School of Art, pintura y
escultura. Pero optó por el cine. Dirigió dos cortos que gano varios premios
por cada uno de llos; A state of siege (1981) y In spring one planets alone
(1982). Vigil (1984) es su opera prima y fue el primer film neocelandés que
compitió en el festival de Cannes. Siguió
con Navigator, a medieval odyssesy (1988), El mapa del corazón humano (1992),
Más alla de los sueños (1998), River Queen (2005) y Rain of the children
(2008).
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