"El WIP impulsa el proyecto, lo pone en pista"
Entrevista con Baltazar Tokman, ganador de una mención especial en la Competencia Work In Progress de la última edición.
Siendo ya un abonado del Festival, ¿Cómo te sentiste en el WIP?
Gracias por lo de abonado al Festival. Sin duda es muy placentero escucharlo. En este, si tengo la suerte de entrar, sería mi cuarto año consecutivo. Ya es como que el año que empieza tiene esa meta, ¿no? Llegar. De alguna manera, ordena mi rutina cinematográfica, y por qué no mis emociones. Arranca el año pensando en que a fines de agosto tengo que tener algo para presentar, un corto, un largo terminado, un largo en proceso.
El WIP para mi es una experiencia que sirve mucho por que impulsa el proyecto, lo pone en la pista, la gente se empieza a enterar de lo que estás haciendo, te obliga a armar una buena presentación y a exponerla ante un público y un jurado y es todo un ejercicio que le hace muy bien al proyecto. Produce mucha adrenalina tener que hablar de tu proyecto durante 7 minutos y mostrar algo de imágenes, Uno aprende “pitcheando” y escuchando cómo lo hacen los demás y las devoluciones que obtienen de los jurados. Y así, es que el barco empieza a moverse… Esta es mi experiencia, ya que en los dos WP que participé del festival en los últimos años, lo hice con proyectos que estaban en su génesis, otra gente lo hace con proyectos más acabados o incluso terminados de imagen en busca de la ampliación, pero en mi caso lo utilicé en las oportunidades que me tocó para obligarme a seguir adelante. Hacer cine es a veces cruzar el desierto sin agua y entonces uno tiene que recurrir a ciertos atajos o medicinas y el WIP es uno de ellos.
¿Cuál es la diferencia, desde el punto profesional, de mostrar un trabajo terminado y uno en vía de convertirse en película?
Al mostrar un trabajo terminado lo que uno expone es su película y cuando una película está terminada ya no te pertenece, es del público, está ahí, y va a quedar para siempre, en cambio en un trabajo en proceso todo es de uno, todavía no salió al mundo, es como mostrar una ecografía, no se le ve el color de los ojos.
¿Quedaste conforme con el resultado final de I am mad?
Si, absolutamente, estoy muy esperanzado. Va a ser fácil entrar a verla, el problema va a ser salir de la sala, al salir uno ya va a estar cambiado, el mundo ya no va a ser el mismo… es un chiste, pero un poco es así… I am mad es un flash! Ja.
¿Cuáles fueron los desafíos que tuviste que enfrentar para estar ahora ya listo, presentando la peli para el 28º Festival?
Cruzar el desierto sin agua. No dejar de pensar en llegar cada uno de los días que pasaron luego de terminado el WIP, organizar mi cabeza para eso, armarme un “timing” interno de presentaciones, obtención de recursos, pensar en el equipo, en la puesta en escena, en la forma, en la estructura, en el guion, de día, de noche…
¿Qué sentiste con la mención?
Mucha alegría, porque a un proyecto le doy amor, responsabilidad, compromiso y pasión y luego sentir el reconocimiento, es muy gratificante, es un indicador de que uno está haciendo bien las cosas, te devuelve todo lo que uno ha puesto, te da muchas fuerzas.
Y saliendo de todo lo formal, ¿de qué manera influye en un realizador ir viendo que tu película va tomando forma?
En lo personal cada área de la realización cinematográfica tiene su mundo, el guion, la realización, el montaje. Provoca mucha ansiedad, pero si uno sabe regularla es muy movilizante, son procesos de mucho desapego. Escribís una escena, luego te das cuenta que no va. ¡Cut! Filmás horas de película que luego en el armado no entran. ¡Cut! Y entonces te habías enamorado de esa imagen, de esa luz, de ese encuadre, de esa escena y tenés que sin anestesia decidir dejarla de lado. Es enamorarse y separarse constantemente, pero de a poco todas esas pequeñas piezas y mini-piezas que hacen falta para hacer algo más grande se van mixando de manera tal que empieza a aparecer algo genuino y poderoso con la capacidad de emocionar o hacer reír o hacer pensar. Cuando el trabajo va tomando forma se siente una gran satisfacción.
Charla con el maestro
Si de actuación se trata, no hay otro que pueda contarnos más. No sólo por su vasta experiencia, sino porque ha incursionado en todos los géneros y toda clase de personajes, en teatro, televisión y en el cine. Su marcada versatilidad le ha abierto las puertas y su trabajo ha trascendido las fronteras. Se ha convertido, no solo en una estrella indiscutible del panorama nacional actual, sino también con proyección internacional. Siempre con proyectos de actuación en el horizonte, se ha animado también a debutar detrás de cámaras, dirigiendo La señal (2007). Ricardo Darín, fiel exponente de nuestro cine, participará de una charla abierta con el público, en el ya clásico ciclo Charlas con Maestros.
Desde La culpa (Kurt Land – 1960), su primera película, hasta Séptimo ( Patxi Amezcua -2013), estrenada recientemente, han pasado exitosos títulos y memorables actuaciones como; El mismo amor, la misma lluvia (Juan José Campanella – 1999), Nueve Reinas (2000), del recordado Fabián Bielinsky, El hijo de la novia, (Juan José Campanella – 2001), Kamchatka (Marcelo Piñeyro – 2002), Luna de Avellaneda ( Juan José Campanella – 2004), El aura (Fabián Bielinsky 2005), XXY (Lucía Puenzo – 2007), El secreto de sus ojos (Juan José Campanella – 2009), ganadora del Oscar como Mejor Película extranjera en 2010, Carancho (Pablo Trapero – 2010), Un cuento chino (Sebastián Borensztein – 2011), Elefante Blanco (Pablo Trapero – 2012), yTesis para un Homicidio (Hernán Goldfrid – 2013), entre muchos más.
El talentosísimo actor hablará de su carrera, sus experiencias y sus vivencias, delante y detrás de cámara. ¡No te la podés perder!
El maestro de la comedia
Los cinéfilos están de parabienes. John Landis será de la partida del 28º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Para el disfrute de sus seguidores, siempre atentos a la trayectoria de uno de los directores que mejor saben hacer el humor, será parte de los maestros que darán charlas. El ciclo, “Charlas con Maestros”, ofrece la posibilidad de que el público esté frente a frente a sus grandes referentes.
John Landis es sinónimo de diversión. Como prueba, solo basta enumerar películas como Colegio de animales (Animal House – 1978), Los hermanos caradura (The Blues Brothers -1980), Un hombre lobo americano en Londres (An american Werewolf in London -1981), De mendigo a millonario (Trading Places – 1983), Fuga al amanecer (Into the Night – 1985) y su último film hasta el momento, Burke and Hare (2010), no estrenado en nuestro país.
Guionista, director, actor y productor, reconocido por marcar una época y una forma de ver la vida y el cine, las películas de John Landis han moldeado una generación de cinéfilos, que seguramente lo estará esperando.
Con ustedes… Pierre Étaix
En ocasión del 25º Festival, tuvimos el placer de contar con una retrospectiva del multifacético Pierre Étaix. La edición 28º corona el privilegio con su visita. Pierre Étaix, heredero directo de Jacques Tati y del humor de Harold Lloyd, Buster Keaton, Charles Chaplin o la inolvidable dupla Laurel y Hardy, nos acompañará en nuestra próxima edición. Será uno de los invitados de honor y brindará una imperdible charla abierta con el público del Festival.
Con motivo de la retrospectiva del 25º Festival, el programador artístico Marcelo Alderete lo describía así:
“Pierre Étaix, for me is cinema in its purest sense. That man’s is a genious!”
Jerry Lewis
Jerry Lewis
“Vous êtes un des rarissimes…”
Robert Bresson
Robert Bresson
Pierre Étaix comenzó su carrera en el cine como colaborador de Jacques Tati; más tarde actuó en películas de autores tan disímiles como Robert Bresson (en Pickpocket), Otra Iosseliani (en Jardines de otoño yChantrapas), Jerry Lewis (e la maldita The Day the Clown Cried), y también está presente en Los payasosde Federico Fellini. Sin embargo, el nombre de Pierre Étaix, si bien nunca del todo olvidado, suena como algo lejano. Nadie parece saber con exactitud de qué se habla al hablar de Pierre Étaix, en qué año realizó sus películas, si sólo fue director o guionista o actor o dibujante o músico. Étaix fue, y aún es, todo eso.
Su tarea como director se desarrolló, -si exceptuamos algunos trabajos para la televisión- entre los años 1961 y 1971. En su momento, su obra fue reconocida (siempre comedias o “películas de intención cómica”, como diría él): ganó un Oscar por uno de sus cortometrajes y tuvo un gran éxito de público en varios lugares del mundo. Luego, en un extraño giro del destino, una serie de interminables problemas legales mantuvieron a todos sus films fuera de los circuitos de exhibición, ocultos por más de dos décadas. Años más tarde, con la ayuda de su eterno colaborador Jean-Claude Carrière (quien comenzó su prolífica carrera cinematográfica escribiendo para Étaix) y tras una interminable batalla legal, los derechos de sus obras volvieron a su poder.
Una vez logrado esto, el camino de la restauración tampoco fue sencillo. Todos los negativos de sus films estuvieron a punto de desaparecer, a causa del paso del tiempo y la falta de un cuidado apropiado, hasta que fueron rescatados y restaurados en un trabajo de colaboración entre Studio 37, Fundación Technicolor para el Patrimonio Cinematográfico y Fundación Groupama Gan para el Cine, además del mismo autor. Y ahora, finalmente puestos nuevamente en circulación.
[…] El humor de Étaix –a veces amable, a veces crítico, siempre justo- no hizo más que crecer en todo este tiempo. Habrá que creerles Robert Bresson y a Jerry Lewis. Y preguntarse cómo, por qué, dos autores tan diferentes admiraban a este cómico francés. La respuesta está en sus películas.
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