El director de Plan B sigue fiel a sus búsquedas y obsesiones con un film que funciona bastante bien, pero que también empieza a dar señales de cierto agotamiento.
Ficha técnica:
Hawaii
Guión, edición y dirección: Marco Berger
Origen: Argentina
2013
Formato: DM
Color
Duración: 106 minutos
Reparto: Manuel Vignau, Mateo Chiarino, Mercedes Quinteros, Luz Palazón, Manuel Martínez Sobrado
Fotografía: Tomás Pérez Silva
Dirección de arte: Marco Berger, Pedro Irusta
Sonido: Lucas Dentone
Música: Pedro Irusta
Producción: Pedro Irusta, Marco Berger
Producción ejecutiva: Pedro Irusta
Productora: La Noria Cine
Sobre el director: Nacido en Buenos Aires en 1977, estudió dirección en la Universidad del Cine. Su cortometraje El reloj (2008) compitió en Cannes y Sundance. Su primer largometraje, Plan B, se exhibió en el BAFICI 2009. Ausente (BAFICI 2011), el segundo, se estrenó en la Berlinale, donde recibió el premio Teddy.
Si es cierta esa máxima (para mí, discutible) de que un director (sobre todo, un “autor”) hace siempre la “misma” película, Marco Berger podría ser su ejemplo perfecto. No estoy diciendo que Hawaii sea idéntica a su corto El reloj y a sus largometrajes Plan B y Ausente, pero surge como si fuera una suerte de relectura del mismo cuentito, una variación de la misma sinfonía, un nuevo episodio de una saga. Si se quiere, Hawaii es una versión depurada -y algo más optimista- de su mirada al universo (bastante contenido, reprimido, obsesivo) de las relaciones entre hombres.
Los principales cambios de este nuevo film son que no transcurre en la gran ciudad sino en un pequeño pueblo de provincia y el uso (abusivo y ampuloso para mi gusto) de la música. Allí se encuentran de manera casual y luego conviven -entre pequeñas mentiras y engaños- Eugenio, un escritor en busca de inspiración, y Martín, un muchacho que busca changas para sobrevivir.
El de Berger es un cine de miradas, gestos y detalles, de cuerpos y deseos. Por lo tanto, debe ser por definición austero y sutil (porque en estos terrenos la obviedad y el subrayado son poco menos que pecados mortales). En muchos pasajes, y más allá de su excesiva gravedad, la apuesta es bastante exitosa, aunque la sensación de déja vu, de cierto agotamiento, resulta inevitable.
Hawaii
Guión, edición y dirección: Marco Berger
Origen: Argentina
2013
Formato: DM
Color
Duración: 106 minutos
Reparto: Manuel Vignau, Mateo Chiarino, Mercedes Quinteros, Luz Palazón, Manuel Martínez Sobrado
Fotografía: Tomás Pérez Silva
Dirección de arte: Marco Berger, Pedro Irusta
Sonido: Lucas Dentone
Música: Pedro Irusta
Producción: Pedro Irusta, Marco Berger
Producción ejecutiva: Pedro Irusta
Productora: La Noria Cine
Sobre el director: Nacido en Buenos Aires en 1977, estudió dirección en la Universidad del Cine. Su cortometraje El reloj (2008) compitió en Cannes y Sundance. Su primer largometraje, Plan B, se exhibió en el BAFICI 2009. Ausente (BAFICI 2011), el segundo, se estrenó en la Berlinale, donde recibió el premio Teddy.
Si es cierta esa máxima (para mí, discutible) de que un director (sobre todo, un “autor”) hace siempre la “misma” película, Marco Berger podría ser su ejemplo perfecto. No estoy diciendo que Hawaii sea idéntica a su corto El reloj y a sus largometrajes Plan B y Ausente, pero surge como si fuera una suerte de relectura del mismo cuentito, una variación de la misma sinfonía, un nuevo episodio de una saga. Si se quiere, Hawaii es una versión depurada -y algo más optimista- de su mirada al universo (bastante contenido, reprimido, obsesivo) de las relaciones entre hombres.
Los principales cambios de este nuevo film son que no transcurre en la gran ciudad sino en un pequeño pueblo de provincia y el uso (abusivo y ampuloso para mi gusto) de la música. Allí se encuentran de manera casual y luego conviven -entre pequeñas mentiras y engaños- Eugenio, un escritor en busca de inspiración, y Martín, un muchacho que busca changas para sobrevivir.
El de Berger es un cine de miradas, gestos y detalles, de cuerpos y deseos. Por lo tanto, debe ser por definición austero y sutil (porque en estos terrenos la obviedad y el subrayado son poco menos que pecados mortales). En muchos pasajes, y más allá de su excesiva gravedad, la apuesta es bastante exitosa, aunque la sensación de déja vu, de cierto agotamiento, resulta inevitable.
FUENTE: http://www.otroscines.com/festivales_detalle.php?idnota=7301&idsubseccion=132
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